Alejandro Narváez Liceras (*)
El actual ministro de Economía de Argentina Luis Caputo, en uno de sus discursos más polémicos que duró apenas 17 minutos (12/12/23), hizo una especie de exposición de motivos para justificar la batería de medidas de ajuste que lanzaría y dijo categóricamente que los argentinos eran “adictos al déficit fiscal”, es decir, que viven por encima de sus posibilidades o gastan más de lo que ingresan al tesoro público. Para el ministro, éste sería la madre de todos los problemas que actualmente padece Argentina. Veamos si es verdad o si es sólo un mito.
Discurso de Caputo
Empezó diciendo a los argentinos: “estamos frente a la peor herencia de nuestra historia. Somos cada vez más pobres, con un déficit fiscal que supera el 5.5% del Producto Bruto Interno (PBI), con un banco central cuyo balance está totalmente deteriorado, sin dólares en sus activos, con una emisión monetaria de más de 20% del PBI en los últimos 4 años, con una inflación que navega el 300% anual, con una deuda de más 400 mil millones de dólares. Si seguimos como estamos, vamos camino a una hiperinflación” Advirtió citando a Milei, “Si el gobierno no hace nada, la inflación llegará a 15,000%. La leche pasará de 400 pesos a 60,000 pesos en un año”.
A continuación, dijo el ministro que su misión era evitar esta catástrofe, y “lo primero que hay que hacer es identificar el origen del problema”. Según sus propias palabras, “para el 95% de los argentinos los problemas más importantes son: la deuda, la inflación y el dólar”. En cambio, el ministro piensa diferente tal como declaró: “el problema más importante ha sido y es el déficit fiscal y las consecuencias de como se ha financiado ese déficit”. Añadió: “los argentinos políticamente hemos sido adictos al déficit fiscal” y citó cifras: “de los últimos 123 años, Argentina tuvo déficit fiscal en 113”. Por lo tanto, según el ministro el origen de los problemas de Argentina, es el déficit fiscal.
Se equivoca el ministro
Cuando dice Caputo, que Argentina está en el peor momento de su historia, no dice la verdad. Recordamos todos “el corralito” bancario en 2001, que significó un “salto al vacío” que no hizo más que acelerar el estallido de una de las peores crisis económicas, sociales y políticas del país. Causó saqueos, protestas y la caída del presidente De la Rua.
Si observamos la historia económica de Argentina, vemos que la inflación más alta de dio en 1989 que llegó a 3,079% y en 1990 subió a 2,314%. En cambio, la inflación de este año llegaría a 160.9% (véase INDEC), por lo tanto, es imposible que llegue a 15,000% como predicen. En mi opinión, lo que buscan es “meter” miedo en la población para justificar esas dolorosas medidas que empezaron a ejecutarse. Las cifras demuestran que 2023 no fue el peor año de la historia económica de ese país.
Desmontado el mito del déficit
Cuando dice el ministro, que Argentina es “adicto al déficit fiscal” y de los últimos 123 años, 113 estuvo en déficit ¿dónde está lo nuevo aquí, si eso ha ido ocurriendo en casi todos los países del mundo sistemáticamente? ¿Es necesariamente malo tener déficit fiscal? Veamos dos ejemplos cercanos: EE. UU entre 2001 -2021 tuvo un déficit fiscal promedio de 6.5% del PBI y Brasil en el periodo 2002 – 2022, alcanzó un déficit promedio de 5.27% (véase DatosMacro). En todo caso, habrá que preguntarse en qué se usa ese mayor gasto fiscal. Otra cosa muy distinta es cómo se financia dicho déficit (sugiero leer mi artículo referido a la deuda pública del 14/10/23). Excepcionalmente, un país puede tener un superávit, pero no es la regla, como ha sido el caso peruano en los años 2006 -2008. Otro ejemplo, es Japón, que tiene déficit publico crónico sin inflación.
Un reciente estudio empírico de E. Garzón, profesor de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid (2023), revela lo siguiente: con los datos disponibles del FMI sobre déficit fiscal promedio de 96 paises durante el periodo 1992 – 2021, ordenado de menor a mayor déficit respecto al PBI, demuestra que Argentina está primero con sólo 2.45% del PBI. Mejor dicho, 95 paises del estudio han tenido más déficit fiscal que Argentina. Sin embargo, no tienen los problemas que nuestro vecino país. Por lo tanto, el discurso teórico de Milei como el de Caputo resultan falaces frente a los datos empíricos presentados. El déficit fiscal no es el principal problema de Argentina. Busquemos otras causas.
Posibles causas del problema argentino
La deuda actual de Argentina asciende a 420 mil millones de dólares (Informe de secretaria de Hacienda de Argentina, octubre 2023). Según estimaciones privadas dicha deuda podría estar en torno al 65 % del PBI. Actualmente, cerca del 60% de esa deuda está en dólares y en el gobierno de Mauricio Macri llegó a 69% la deuda en dólares. Según el último informe del Banco Mundial sobre deuda externa de “paises en desarrollo” ( 13 de diciembre 2023), Argentina es el principal deudor del FMI al 2022 con un 29% del total, seguido de Egipto con 14%. Por lo tanto, el grueso de los ingresos fiscales en pesos está destinados a comprar dólares para honrar el servicio de la deuda externa y esto provoca la brutal devaluación del peso argentino, o lo que es lo mismo, la revaluación del dólar.
Por otro lado, si observamos la variación mensual del tipo de cambio y la tasa de inflación argentina, vemos una perfecta correlación entre estas dos variables (véase INDEC y BCRA). Por ejemplo, a junio de 2023, la inflación mayorista interanual de productos importados subió a 158% y de los productos nacionales a 109%. Esto quiere decir, que Argentina sufre principalmente, una inflación importada.
Finalmente, la economía argentina depende en gran media del exterior. Los insumos importados se pagan en dólares. Tiene una estructura productiva atada a economías foráneas y, tiene una fuerte presencia de oligopolios y monopolios locales. Por ejemplo, tres empresas concentran la producción de cemento, una empresa la producción de aluminio, una empresa la producción de acero laminado, dos empresas la extracción de petróleo y gas, etc. Estas podrían ser las otras causas del problema.
A modo de conclusión
El origen de los problemas de Argentina está principalmente, en su excesiva deuda pública externa en dólares, en su economía escasamente diversificada que depende de las importaciones y en la fuerte presencia de oligopolios y monopolios de facto. Por lo tanto, las medidas deben idearse para atacar esos problemas. Por ejemplo, renegociar la deuda con el FMI y reducir tasas al mínimo. Los errores en el diagnóstico y las “recetas” neoliberales equivocadas del gobierno libertario están provocando en los argentinos un verdadero trauma de consecuencias impredecibles.
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(*) Es profesor principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y director del Instituto Internacional de Economía y Empresa.
(**) Este y otros artículos del autor también puede leerse en: www.alejandronarvaez.com